jueves, 10 de mayo de 2007

BREVE ENSAYO SOBRE LAS ARMAS



Breve Ensayo Sobre las Armas

Saludos, caballeros,

Supongo que entre tan elevada compañía habrán muchos que ya sabrán lo que voy a decir, pero con que haya uno solo que no supiera algo de lo que voy a relatar, ya me daré por más que satisfecho.

La esgrima, sin duda, en sus orígenes renacentistas, era muy distinta a como la percibimos hoy.

Para empezar, las mismas espadas eran mucho mas pesadas, y sus hojas estaban pensadas para estocar y para cortar (solo en su tercio más débil). Nada que ver con las ligeras espadas de esgrima deportiva. Por lo que si ahora nos acaba doliendo el brazo cuando tiramos, imaginaos como sería mantener la línea empuñando un fierro de un metro de largo (aprox.) y que pesaría más del doble que lo que pesa una de nuestras espaditas.

Era, por lo tanto, una esgrima más lenta, que utilizaba el propio peso del arma para agujerar más y mejor, sin olvidar esos tajos hechos con la punta de la toledana, que aunque fueran menos mortales, podían incapacitar al adversario, cortando tendones o seccionando venas, y eso, en una sociedad donde la medicina era poco más que sangrías y lavativas, estoy seguro que era un pasaje seguro para el camposanto.

Por desgracia, la sangre de los pisaverdes se fue aguando, y los duelos se pusieron de moda, era como muy cool eso de batirse por honor, pero claro, tampoco era cosa de dejarse la piel, y en lugar de hacer combates a muerte, se empezó a estilar los de primera sangre, solo para demostrar hígados de cara a la galería y donde no se esperaba, ni deseaba, matar al contrario (no olvidemos que, al fin y al cabo, los duelos eran ilegales, y se podía acabar en la horca por batirse). De esta manera nuestros vecinos los franceses inventaron esa cosita llamada espadín, arma más corta, ligera y sin filo, más adecuada para lucir junto a galantes vestidos llenos de cintas que no aquella pesada ropera española (aunque los españoles, cabezones ellos, la siguieron utilizando más de 100 años después).

Breve Ensayo Sobre la Esgrima

Por otra parte estaba la guardia, y esa apostura en general. Nuestros profesores se empeñan en esa pose de perfil, con las piernas como un pato mareado, y con ese brazo ridículamente colocado, con un aire amanerado. Lo cierto es que esa pose solo la utilizaban los italianos, y como ha sido su esgrima la que prevalecido en la esgrima moderna, es la que se usa.

De todas formas era más corriente la gente que utilizaba una guardia mucho mas intuitiva, piernas separadas, nada perfilados, con la espada apuntando al adversario, y el brazo desarmado presto, por si se ha de apartar la espada enemiga o agarrar su brazo armado mientras le acuchillamos a placer. A la gente que se batía así, se decía que eran seguidores de la Destreza Común. Era una Destreza rica en acciones (o tretas), aunque por desgracia no se ha conservado casi nada de ella, por ser esgrima del vulgo, y la única constancia que tenemos de ella es gracias a libros que hacen referencia a ella, de forma secundaria. El mismo Quevedo, que era avezado esgrimista, a pesar de ser cojo, era fanático ensalzador de la Destreza Común (En otra ocasión contaré como “ganó” al Maestro Pacheco en un “duelo”).

En la otra cara de la moneda tenemos la Destreza Verdadera. Los libros que versan de ella son una auténtica jerigonza incomprensible, pero no menos cierto era que quien la dominaba se le consideraba adversario temible. Una doctrina que mezcla la geometría con la filosofía, la teología, la medicina y no sé cuantas cosas más, haciéndola solo asequible a los estudiosos. Una esgrima defensiva, con las piernas rectas, pies en ángulo de 90 grados, cuerpo perfilado y brazo paralelo al suelo, basada en movimientos circulares alrededor del enemigo, y nunca atacar, sino esperar un fallo del adversario para herirle. Esgrima odiada y menospreciada por el resto de Europa, aunque sus tratados están llenos de tretas para enfrentarse a un Diestro (Que raro si no servía de nada, no?).

De la esgrima inglesa o hereje en general, mejor ni hablar, pues los tipos, no querían saber nada de esos alfileres que portaban al cinto sus colegas más meridionales, y ellos preferían (por norma general) seguir aferrados a sus pesadas armas de siglos anteriores. La burguesía demandaba aprender esa refinada esgrima de sus países vecinos y para ello iban maestros italianos, franceses y españoles, jugándose el físico, pues los reaccionarios del lugar los querían apiolar por el bien del estilo de lucha autóctono (Hay otra anécdota graciosa de cómo un ingles bestiajo se cargó a dos o tres maestros italianos en Londres, por esa razón).

Para terminar, permitidme una pequeña apología sobre lo que fue la esgrima española en el siglo XVII, cuando nuestros infantes eran temidos por su destreza en reñir con la blanca, ya sea solo ropera o bien espada y daga, antes de que fuéramos relegados a las brumas de la historia, y nuestros propios enemigos mas temibles (los perros ingleses) tenían un bonito proverbio que decía:

A los españoles en mar quiero,

y si en tierra los tenemos,

que San Jorge nos proteja.



By Coyote

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué chulo Coyote.
Aquí tienes a una lectora que te agradece la lección. :)
¡Saludos!
P.D: ¿Quién se apunta al campamento de verano en Hungría?
Quieroquieroquieroquieroquieroquieroquieroquierooooooooo.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias Maese Coyote. Su sapienza y verbo iluminan la profundad oscuridad de mi ignorancia en estos asuntos!!

Pero ahora quiero más, más, más, más, mucho, muchísimo más!!!

La historia de cómo Quevedo se cargo a hachazos a cutro ingleses en Italia. O eran italianos en Inglaterra? Fué Quevedo?. No imprta, todas las historias, todas las de capa y espada!!!!.

Anónimo dijo...

Excelso!

Anónimo dijo...

¡¡¡¡Ole, mi niño!!!! Verbigracia.
La historia no es lo que cuentas (ya que hay mucho friky que lee sobre el tema)sino CÓMO lo cuentas...y, en eso, te has ganado 100 puntos como mínimo.
Un besote.Escribe más y¡¡ a ver si te veo en junio, que esta vez te me escaqueaste vilmente, ZB !!

Coyote dijo...

Me alegro que haya gustado. Aunque invito a ser debatido, por si alguien discrepa con lo que cuento, que no es, ni de lejos, ciencia, sino solo divertida especulación histórica. Si lo que leemos ahora en los diarios ya está teñido de mentiras y medias verdades, no quiero ni imaginar lo distorisonado q nos llega lo ocurrido y vivido hace 300 años.

Anónimo dijo...

No hay nada como ser funcionario, poque esto lo has escrito en horas de trabajo, eso seguro. Si la Justicia se repartiese con estoque, tal vez trabajases un poco más.

Coyote dijo...

Es lo bueno de la Administración, que da alas a nuestra creatividad. SOlo hace falta recordar aquel programa llamado La Parodia Nacional, aún recuerdo que el 70% de las canciones estaban hechas por funcionarios